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De identidad y chocolate


A las siete de la tarde se hace una pausa y se dedica completa atención a la convivencia alrededor de la mesa. El pretexto es la salida del trabajo, que coincide con la llegada del panadero, y el protagonista es el chocolate, que ya está humeante en la estufa de la casa de la abuela.

chocolate en jicara

Placer heredado de generación en generación, este momento de hacer chuc con el pan dulce en el chocolate recién hecho es una tradición que vive en los hogares de las familias del sur de México y ha tenido trascendencia en todo nuestro país, ¿quién no recuerda una velada familiar con una taza de chocolate caliente entre las manos?

No es gratuito que el chocolate tenga un lugar especial en nuestra cultura, pues es parte esencial de nuestro pasado ancestral. Todo empieza con el cacao, ese “árbol de las sombras” en cuyo fruto se esconde el tesoro más preciado: el “alimento de los dioses” que olmecas, mayas y aztecas utilizaron de forma ritual, medicinal, comercial y gastronómica. Crearon un brebaje amargo, picante o avainillado, que dotaba a guerreros y amantes de energía incomparable: chocolha en maya o xocolatl en náhuatl.

Sin embargo, esta agua amarga de cacao tuvo que dar un viaje al viejo mundo para convertirse en el chocolate que bebemos hoy en día. Al fundirse con otros elementos: azúcar, leche, canela… provenientes de otros lugares y de otras culturas, se configuró su verdadera esencia. Al igual que los mexicanos, el chocolate tiene un origen mestizo.

Desde entonces, ha recorrido el mundo conquistando paladares y se ha transformado en su viaje, pero en nuestros genes llevamos la tradición más antigua, aquella que sobrevive en nuestra mesa.

Rescatar la tradición del chocolate es reconocer la herencia de culturas e influencias que nos moldearon como mexicanos. Es mirar al pasado sin nostalgia y con afán de actualizar la historia que nos es propia, que conforma nuestra identidad. Hoy en día, con el acceso inmediato que tenemos al mundo entero, es especialmente importante que nos detengamos a revalorar lo nuestro ¿y qué mejor manera de detener el tiempo que saboreando una taza de delicioso chocolate?

 

FOTO: Chocolate en jícara [Foto]. Propiedad de Divina Cocoa.

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