El chocolate es un alimento que se mantiene en buen estado por mucho tiempo, siempre que tengamos en cuenta algunos cuidados para conservar sus propiedades, su aspecto y sobre todo, su sabor. Respeta estos cuatro mandamientos y tu chocolate estará en perfecto estado cada vez que quieras consumirlo:
Cuidarás la temperatura del chocolate.
El chocolate es muy sensible a los cambios de temperatura: es muy importante mantenerlo alejado del calor para evitar que se derrita, pero esto no significa que tengamos que tenerlo en refrigeración, pues esto lo hará quebradizo y disminuirá su sabor.
La temperatura ideal para conservarlo es entre 13 y 18°C, y para degustarlo entre 21 y 22°C. Sabemos que es difícil controlar estas condiciones en casa, por lo que tenemos algunos consejos para ti:
1. Toma en cuenta que el punto de fusión del chocolate es exactamente nuestra temperatura corporal, es por esto que se derrite en contacto con nuestra lengua o nuestras manos. Esto te dará una idea de qué tanto calor puede soportar.
2. Busca en casa un lugar fresco para guardar tu chocolate y ten cuidado de que esté alejado de fuentes de calor.
3. Antes de consumir tu chocolate, déjalo un rato a temperatura ambiente para que se tempere y lo puedas disfrutar en su mejor punto.
Evitarás a toda costa el refrigerador.
La principal razón por la que no debemos colocar el chocolate en el refrigerador es la humedad. Lo ideal es mantenerlo en condiciones de no más de 60% de humedad, pues cuando este porcentaje se sobrepasa, aparecerá una capa blanquecina en la superficie del chocolate en un fenómeno conocido como “fat bloom”.
Lo que ocurre es que la manteca de cacao sube a la superficie y se vuelve a cristalizar haciéndose visible. Este es en realidad sólo un cambio de aspecto y textura que no afecta ni el sabor ni las propiedades del chocolate, pero sí es evidencia de poco cuidado en su conservación.
Para situaciones climáticas de mucha humedad, es recomendable envolver el chocolate en papel y luego dentro de una bolsa de plástico. En estos casos es preferible que te lo comas pronto y lo disfrutes cuando la calidad está en su mejor momento.
Mantendrás tu chocolate en la oscuridad.
Otro enemigo del chocolate es la luz solar, principalmente para el chocolate blanco. Exponer el chocolate a la luz directa por períodos largos, además de los daños por el aumento de la temperatura, genera cambios en la textura y puede provocar que el chocolate se ponga rancio.
Alejarás tu chocolate de olores fuertes.
Al ser un alimento graso, el chocolate absorbe los aromas de los alimentos que se hayan almacenado cerca de él, por lo que es muy importante no guardarlo cerca de especias, queso o pescados. Para evitar esto, es útil envolverlo en papel aluminio o mejor aún, guardarlo en un recipiente hermético de cristal.
Ahora ya lo sabes: la situación ideal para guardar tu chocolate deberá ser un contenedor hermético en un lugar oscuro, seco y fresco. Sigue fielmente estos mandamientos y siempre tendrás chocolate en perfectas condiciones (si es que tienes la fuerza de voluntad para guardarlo y no comerlo antes...)
FOTO 1: Punto de fusión del chocolate [Foto]. Fuente: http://www.passeportsante.net/fr/Actualites/Dossiers/
DossierComplexe.aspx?doc=6-aliments-bien-etre-le-chocolat
FOTO 2: Fat bloom [Foto]. Fuente: https://www.chococurb.com/blogs/chocolate-101/what-is-chocolate-bloom-and-how-to-avoid-it
FOTO 3: Chocolate en frasco de vidrio [Foto]. Fuente: https://www.crateandbarrel.com/blog/pantry-organization-ideas/?crlt.pid=camp.gKa0CgrHmn6S